Thursday, January 06, 2005

Un puñado de palabras

Esperancè hay una sola, y es Nuestra..

Para tí bonita.
No es un poema.
Es lo que fui de niño.
Y es hoy todo lo que soy.
Todo, para tí.

INFANCIA

INFANCIA: DULCE ESCUELA
DE SUEÑOS Y BOLITAS
DE "TINENTI", "RAYUELA",
DE CIRCO Y FIGURITAS.

MOMENTO DE CARIÑO,
DE MUÑECA O PELOTA
DE "LA BELLA DURMIENTE"
Y "DEL GATO CON BOTAS".

DE GUSTO A CARAMELO
CHOCOLATE CALIENTE,
O HELADO EN UNA PLAZA
HAMACA Y BARRILETE.

DE JUGAR A LA "MANCHA"
AL SALIR DE LA ESCUELA
O DE HACER "CABALLITO"
A "UPA" DE LA ABUELA.

DE DOMINGOS DE CINE,
FIESTA DE CUMPLEAÑOS,
O DE ESPERA IMPACIENTE
POR LOS TRES REYES MAGOS.

DE "BICI" DE "CARRITO"
DE "ESCONDIDA" Y DE "TRENES"
DE AMAR A LA MAESTRA
SI NO MANDA DEBERES.

MOMENTOS SIMPLES, NUEVOS
MOMENTOS DE LA INFANCIA
DONDE NADA ES ESTÉRIL,
TODO TIENE IMPORTANCIA.

DONDE UN LIBRO DE CUENTOS
TE LLENA DE AVENTURA
DONDE LA RISA ES FRANCA
Y LA MIRADA PURA.

¡QUE LINDO HABER VIVIDO
TANTAS COSAS HERMOSAS!
YA SERAS GRANDE UN DÍA...
SER NIÑO ES OTRA COSA.

Claudio Amitrano

PD: a Mami le regalo "Una" y "Un cuento de primavera"

"Un grupo de hombres con capacidad de soñar, con capacidad de mirar estrellas y de largarse a andar. Hombre rastreadores de signos, con capacidad de reconocer a Dios en lo pequeño. Se necesitaba tener bien ubicadas las estrellas para tener la capacidad de reconocer en ese nuevo brillo un signo distinto: un llamado.
Lo que permitió a esos soñadores reconocer en esa estrella nueva la capacidad de ser guía, fue el conocer la finalidad y el movimiento de todas las demás estrellas que poblaban su cielo.
Para poder descubrir esa noche la estrella signo ¡cuántas noches habían pasado en la fidelidad a las estrellas ordinarias!...
Mientras van por el desierto bajo un cielo de estrellas conocidas, siguen el rumbo de su estrella siempre hacia el Oeste.
Es entre los hombres que se desorientan.
Es porque pensaron que el Gran Rey tenía que nacer en la Gran Ciudad de los hombres, por lo que estos hombres dejaron de fiarse en su estrella, y entraron en la ciudad. Allí el brillo de las luces de la ciudad de los hombres les eclipsó el brillo de las estrellas y perdieron su estrella guía. Tal vez pensaron que ya había llegado, que ya no la necesitaban más.Pero tuvieron que darse cuenta de que en la ciudad de los hombres todos tenían demasiadas cosas de qué ocuparse. Nadie se dedicaba a mirar el cielo, y nadie se había enterado del nacimiento del Gran Rey, ni había visto la estrella guía.Los Reyes Magos se habían equivocado.
Pero fueron leales y siguieron buscando.
Se dieron cuenta de que todos esos hombres: los políticos, los jefes religiosos, los estudiosos de la verdad, no sabían nada que había nacido el Gran Rey...
Y los Reyes Magos, soñadores y estrelleros, vuelven a montar sus camellos arenosos detrás de una esperanza.
Al poco andar recuperan su estrella, y con ella la alegría.
Y también su capacidad de reconocer a Dios en lo pequeño y de adorarlo"...

P. Mamerto Menapace

Los Reyes Magos adorando al Niño

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