Thursday, September 08, 2005

Germinación

Espérance hay Una sola, pero es Nuestra.

A veces pienso Anzi, en lo rápido que dejamos correr el agua entre nuestras manos.
No hace mucho que entre tu y tu mamá no había demasiada diferencia... incluso nadie podía imaginar que llegases a existir, siquiera.


Pero un dia fuiste al mundo: cortaste el vientre de tu madre, el que te alimentaba, para usar tus propios medios (esa pequeña boquita rosada).
Querías ser...
Y fuiste una, fuiste nuestra.
Surgiste así, como otros tantos retoños de vida: con ganas de crecer.

Y entre tanta vida, entre tanta promesa de amor, de maravillas futuras, eras una más que luchaba por abrirse paso: pelear la tierra hasta dejarte sin aliento, pero para respirar por tus propios pulmoncitos, el mismo aire que nos une a papá, a mamá, a los que te queremos.


Y de a poco (eso es el ahora) te vas distinguiendo entre las estaciones... con las sorpresas que traés de regalo, pero también con las marcas que la realidad te impone; así vas cubriendo tu cascarita de dibujos y rayones. Yo no se, Anzita, que será de nosotros. Siento al tiempo volar a mi alrededor... pero es ese mismo tiempo el que te da la oportunidad de llegar a ser, quien estás llamada a ser.


Y eso, sólo el tiempo lo sabe...

Mi sueño, mi semilla, mi compañera. Te quiero preciosa...