Abrazos con orgullo.
Hey, sabés cuánto te siento no?
Un sólo día no pasa sin que escuche tu nombre, al menos una vez, y me acuerde de vos.
Gracias por estar, Esperanza.
Siento tus brazos de tierra, (Dios te hizo mujer por algo) y me siento acompañado a cada paso que doy.
No puedo sino darte gracias, belleza. Y besos.
Y devolverte alguno de esos ricos abrazos.
Te quiero, dulce.
Tu Papá.
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